Esta iniciativa es deudora de los trabajos previos desarrollados por Javier Ramos, plasmados en su libro “El acordeón en España hasta 1936” (2009), y por la asociación “El Mussol”, de Quart de Poblet (Valencia), que lleva a cabo una infatigable labor en favor de la recuperación de la memoria sobre la fabricación de acordeones en Valencia durante los siglos XIX y XX. Sin sus estudios previos jamás se hubiera despertado el interés que ha hecho nacer este espacio.

HITOS CRONOLOGICOS

                La marca de fábrica “El Cid” para distinguir acordeones y juguetes nace el 27 de diciembre de 1915. En esa fecha, el Registro de la Propiedad Industrial concede el uso de dicha marca a la empresa “Hijos de Clemente García”[1], que había sido creada en 1892 en Murcia por tres hermanos[2]: Miguel, Alberto y José, para hacerse cargo de los asuntos de comercio que hasta entonces había llevado su padre, el importante empresario murciano Clemente García Martínez, dedicado fundamentalmente al comercio de productos del sector agrícola. No existe constancia de que éste se hubiera dedicado previamente a la venta o fabricación de acordeones, aunque tanto la hemeroteca como el registro mercantil nos dan pruebas de su condición de socio de negocios con otro empresario, Isidro Juan, que poseía almacenes de ferretería y juguetes en las ciudades de Murcia y Valencia[3]. Este dato, unido al hecho de que el comercio y fabricación de acordeones estaba en la época muy ligado a la industria juguetera, ofrece la posibilidad de que Clemente García ya estuviera introducido en el sector.

Marca de fábrica "El Cid", concedida en 1915.
Fuente: Oficina Española de Patentes y Marcas


                En todo caso, tan sólo dos años después de la creación de la empresa, en concreto el 13 de enero de 1894, el menor de los tres hermanos, José García Martínez, domiciliado en Valencia, presenta en el Gobierno civil de esa provincia la primera patente de invención para la fabricación de acordeones registrada en España, con número de expediente 15.362, adelantándose en pocas semanas a la que presentaría Pedro Sánchez en Barcelona el día 24 de febrero con el mismo fin, y número de expediente 15.529[4].

                A partir de esa fecha, las fuentes nos hacen ver cómo “Hijos de Clemente García” mantiene al mismo tiempo, por un lado,  un importante negocio en Murcia, centrado sobre todo en la exportación de pimentón, y por otro lo que denominarán en su publicidad “Primera fábrica española de acordeones y juguetes”, factoría situada en Valencia, en diversas direcciones hasta su establecimiento en la calle Nicolás Factor del barrio de Patraix, al frente de la cual se situará Alberto. Una importante noticia acerca de la dimensión de esta fábrica nos la proporciona la “Memoria del servicio de inspección en 1907”, de la Sección Segunda del Instituto de Reformas Sociales. En esta monografía se presenta una relación de las actuaciones llevadas a cabo durante la primera Inspección de Trabajo realizada en España, y en ella encontramos, entre las industrias visitadas, la fábrica de juguetes de “Hijos de Clemente García” en Valencia, figurando en ella la cifra de 93 obreros empleados.

                La prensa nos informa también del gran incendio que la fábrica valenciana sufrió en 1912, quedando totalmente destruída[5]. Tras este acontecimiento la fábrica se trasladaría a una nave contigua, ya de lleno en el Camino Azagador de las Monjas, perpendicular a la calle Nicolás Factor.


El incendio de 1912 en la revista La Hormiga de Oro
Fuente: www.todocoleccion.net


                Es poco después, en 1915, cuando, como ya se ha dicho, se produce el registro de la marca de fábrica “El Cid”, que será renovada por última vez el 16 de febrero de 1936, caducando el 16 de diciembre de 1945, siempre de acuerdo a los datos que figuran en el Registro de la Propiedad Industrial. Pero antes, en 1924, había quedado disuelta ante notario en Murcia la Sociedad Regular Colectiva “Hijos de Clemente García”, quedando la fábrica valenciana a cargo exclusivamente de Alberto García Martínez. Es probablemente a partir de esta fecha cuando diversifica su producción dentro del sector de la madera, como atestiguan la referencia en prensa a un amago de incendio en la fábrica “de chapas” de Alberto García[6], o el hecho de que en 1934 registrara dos diseños de sillas de madera[7]. Además, en su publicidad ya indicaba expresamente los diferentes productos que ofrecía, como se puede ver en esta postal firmada en 1931.

Postal publicitaria de Alberto García Martínez (1931)


                Tras el fallecimiento de Alberto en 1943, su viuda, junto a dos socios más, fundarán el año siguiente “Industrias Alberto García Martínez, S.A.”, para continuar con la producción de la fábrica, que seguía en pie en el mismo domicilio social[8]. En lo que respecta a la elaboración de acordeones, el día 16 de octubre de 1947 la nueva empresa solicita el registro de la marca “El Cid” para toda clase de juguetes y acordeones, que le será concedida el 24 de febrero de 1948[9].

Cliché registrado por "Industrias Alberto García Martínez, S.A" en 1947


     A partir de ahí, el testimonio oral recogido por la asociación “El Mussol” de Vicent Torres Martín, nieto de otro pionero de la fabricación y venta de acordeones en Valencia, Rafael Torres Beltrán, indica que a finales de la década de los años 50 las “Industrias Alberto García Martínez, S.A.” se deshicieron de la sección dedicada a la fabricación de acordeones. Sin embargo, una noticia contradictoria la podemos encontrar en el Anuario General de España de 1966[10], ya que en sus páginas aparece de nuevo la empresa entre los fabricantes de acordeones, dato éste que se debe tomar con cautela, ya que la ingente cantidad de datos que recogían estos anuarios hacía imposible que la información que en ellos se consignaba estuviera siempre perfectamente actualizada y contrastada. Posteriormente, en los años 70 un cambio en la propiedad llevaría aparejada la modificación de la denominación social de la empresa, hasta su disolución definitiva en 1998.


[1] Boletín Oficial de la Propiedad Industrial, nº 706, 16 de enero de 1916

[2] Archivo General de la Región de Murcia, MERCANTIL, 6473/168

[3] El Diario de Murcia : Periódico para todos: Año X Número 3243 - 23 de febrero de 1888

  A.G.R.M., MERCANTIL, 6469/70

[4] BOPI, nº 180, 16 de febrero de 1894

[5] La Correspondencia de Valencia, número 15332 - 22 de marzo de 1912

  Las Provincias : diario de Valencia: Año XLVII Número 16614 - 22 de marzo de 1912

  Las Provincias : diario de Valencia: Año XLVII Número 16615 - 23 de marzo de 1912

[6] La Correspondencia de Valencia, Año LIII Número 21243 - 18 de julio de 1930

[7] BOPI, nº 1147, 16 de junio de 1934

[8] Registro Mercantil de Valencia, tomo 48, hoja 3-45, folio 213

[9] BOPI, nº 1455, 16 de noviembre  de 1947

[10] Anuario general de España (Bailly-Baillière-Riera), Barcelona, 1966


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