MANUEL BAQUERO LEZAUN Y ALGUNAS NOTICIAS SOBRE EL ACORDEÓN EN LA ZARAGOZA DE FINALES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX

        Fuente: Biblioteca de la Universidad de Zaragoza (España). Signatura CAJ 40-977ar

            Este es el primer y único, hasta la fecha actual, manual de mecánica de acordeón editado en España. En sus páginas finales, el autor, Manuel Baquero Lezaun, afirma haber publicado ocho años antes, es decir, en torno a 1875, un primer método para aprender a tocar el instrumento por cifra. De hecho, en el mes de febrero de 1876 ya se anunciaba en la prensa local de Zaragoza (HMZ_P0013_1876-02-08, página 4)[i] como mecanista de acordeones. Su actividad sería intensa desde entonces, aunque no constituyó un caso aislado en la ciudad del Ebro, pues desde tiempo antes se venía desarrollando en ella una intensa actividad en torno al acordeón y otros instrumentos de lengüeta libre.

En su dirección de la calle Porcell, 13, esquina con San Miguel, Baquero ofrecía en 1876 un gran surtido de acordeones llegados de la fábrica (HMZ_P0015_1876-07-05, página 11). Y no sólo los vendía, sino que también los ofrecía en alquiler, dentro de la capital y por veinticuatro horas (HMZ_P0015_1877-08-03, página 13). También recibió del Jurado de la Exposición Aragonesa de 1885 una medalla de segunda por presentar unos acordeones de nuevo sistema, pese a aparecer identificado en prensa como Mariano Baquero (HMZ_P0015_1886-04-18, página 32). Dos años más tarde se anuncia en la calle del Ciprés, 4, y esta vez no se ofrece sólo para el comercio y composición, sino que también utiliza como reclamo los conciertos gratuitos que da con sus dos hijas, interpretando no sólo acordeón, sino también otros instrumentos como bandurria y guitarra (HMZ_P0049_1888-06-14, página 4). Por supuesto, si componía y reformaba acordeones, igualmente afinaba todo tipo de instrumentos de lengüeta libre: concertinas, bandonios, armóniums, etc. (HMZ_P0158_1887-06-17, página 4). Su terreno de actuación se extendía también a los teatros de la ciudad, como el Pignatelli, en cuyo café exhibió un grandioso organillo el 10 de junio de 1889 (HMZ_P0158_1889-06-10, página 3). Poco después anunció su traslado a la calle de San Félix, número 3 (HMZ_P0155_1889-11-30, página 4), y más tarde parece haberse marchado de la ciudad, ya que en 1890 se anuncia su sucesor, Felipe Pelegrín, en la calle Boggiero, 37 (HMZ_P0155_1890-09-16, página 4). Probablemente estuvo instalado durante un tiempo en Barcelona, donde viviría una traumática experiencia que apareció reflejada en la prensa zaragozana (HMZ_P0155_1891-07-11, página 3). Allí, en su residencia de la calle Universidad, 45, tuvo que ver cómo un sobrino suyo se suicidaba tras disparar contra su esposa y una de sus hijas, con la que mantenía una relación sentimental, sin que ninguna de ellas resultara herida de gravedad. Un año más tarde estaría de vuelta en Zaragoza, ahora en la calle del Temple, 17, de nuevo en el centro de la ciudad (HMZ_P0155_1892-02-29, página 4), y en 1895 aparece en el Diario Mercantil de Zaragoza la que probablemente sea la noticia más importante en torno a su figura: la exposición en el comercio de los Hijos de Juan Alfonso de dos acordeones fabricados por él mismo, de uno y dos teclados, sistema Baquero. Con ellos pretendía promocionar la instalación de una fábrica propia para la que demandaba ayuda, con la intención de restablecer la afición por el instrumento, en decadencia en los últimos años (HMZ_P0155_1895-04-23, página 2). No parece que el proyecto arribara a buen puerto, ya que en 1902 continúa ofreciendo la venta de organillos y acordeones de la fábrica vienesa Trimmel[ii] en la calle Bureta, 9 (HMZ_P0178_1902-02-14, página 8, y HMZ_P0178_1902-09-24, página 8). A partir de ahí en adelante no sabemos más que en 1905 nuevamente vuelve a anunciarse su sucesor en la calle Boggiero, 37 (HMZ_P0015_1905-10-09, página 4).

Otros profesores de acordeón

         Ya en 1871 (HMZ_P0015_1871-11-15, página 10), un acordeonista anónimo se ofrecía en las páginas del Diario de Avisos para enseñar a tocar su instrumento en 30 lecciones, sin necesidad de leer notas musicales. Afirmaba además haber enseñado ya nada más y nada menos que a 96 alumnos. Quizás fuera el mismo que el 18 de enero del mismo año afirmaba enseñar 12 piezas en un mes, sin necesidad de nota y además enseñando un pasodoble el primer día de clase (HMZ_P0159_1871-01-18, página 4). Y en febrero de 1867 el Diario de Zaragoza celebraba el buen hacer del acordeonista que había marchado un viernes por la noche al frente de una rondalla con cuatro acordeones (HMZ_P0013_1867-02-27, página 3). En la misma noticia se afirma que el acordeonista ya había estado deleitando con su música y buen humor a la ciudadanía en el centro de la capital durante el verano anterior. En pleno Coso zaragozano, en el número 13, frente al Arco de San Roque, se ofrecía un gran surtido de acordeones en el almacén de quincalla de D. Melchor Lafita, en el que además se proporcionaría el contacto de un excelente y conocido profesor que enseñaba a tocar (HMZ_P0050_1867-05-02, página 4).

Otras importantes figuras de la enseñanza del acordeón en la ciudad fueron: 

- Ireneo Echevarría Burgui, autor de varios métodos de acordeón (HMZ_P0015_1878-06-10, página 10)[iii]

- Enrique Martínez, que estableció una fructífera escuela en la calle de la Democracia, 12 (HMZ_P0015_1878-06-22, página 13). Éste, además se ofrecía también para escribir música para acordeón, y enseñaba indistintamente por música y numeración (HMZ_P0015_1885-01-24, página 13) 

- Domingo Burillo. Estableció una academia en Miguel de Ara, 39, tienda (HMZ_P0155_1891-08-05, página 4)

- Esteban Giménez e hijo, profesores y compositores de acordeones en calle Torre Nueva, 8 (HMZ_P0155_1892-08-18, página 4).

- Basilio Camón (HMZ_P0178_1898-06-21, página 5).

  Pero los anuncios en prensa no se limitaban a la oferta de clases, sino que también se podía encontrar quien demandara un profesor de acordeón que le enseñara a interpretar el instrumento, como hizo un joven que vivía en la calle Arcedianos, 1, en 1875 (HMZ_P0015_1875-04-12). Tampoco se limitaba la práctica del instrumento al género masculino, como sucedió en general en todos los lugares a los que éste llegó, y las mujeres también se ofrecían como profesoras para su enseñanza (HMZ_P0013_1880-07-15).

Mecánicos

Tampoco puede decirse que Manuel Baquero fuera el único mecánico de acordeones en activo en Zaragoza durante aquellos años. Como testimonio de la pujanza del instrumento en la capital aragonesa tenemos otros anuncios hechos en prensa por diferentes profesionales del gremio: así encontramos a Antonio Villanueva en la calle Alfonso I, 42 (HMZ_P0015_1877-07-22, página 15), Ramón Colodro en la calle de los Sitios, 9 (HMZ_P0015_1879-04-18, página 10), uno anónimo en la calle Cádiz, 9 (HMZ_P0051_1873-06-19, página 4) o los portugueses “Hermanos Fonseca” en la calle Escuelas Pías, 11 (HMZ_P0158_1886-05-06, página 4). En 1899 se anunciaba en El Mercantil de Aragón el traspaso del taller más antiguo de composturas de acordeones, sito en la calle Méndez Núñez, 16, entresuelo (HMZ_P0154_1899-08-05, página 2).

Noticias varias

         El acordeón era un objeto tan popular y cotidiano en la Zaragoza de finales del siglo XIX y comienzos del XX, que su presencia en la prensa escrita no se limitaba a los anuncios de servicios profesionales, sino que aparecía constantemente envuelto en muy diferentes sucesos y comentarios. Como ha sido siempre habitual, una de las asociaciones perpetuas del instrumento era la que se producía con el alcohol: el 4 de abril de 1889 el Diario de Zaragoza daba cuenta de la siesta de 61 horas que un acordeonista que vivía en el Paseo del Ebro se había echado tras haber bebido a gusto un lunes. Tal fue el temor de sus vecinos, que lo creyeron muerto, y enviaron al juzgado a levantar el cadáver a su domicilio (HMZ_P0013_1889-04-04, página 2). Y en la Navidad de 1906 se daba cuenta del «…disonante sonido de los acordeones, indispensable acompañamiento de los que tienen sed…», que había inundado las calles de la ciudad durante la Nochebuena (HMZ_P0015_1906-12-25, página 2).

Pero no todo eran notas despectivas. El Teatro Pignatelli anunciaba la contratación de Fernando Zamora, «único profesor que posee el notable acordeón cromático», para las funciones del 16 de junio de 1894 (HMZ_P0013_1894-06-16, página 4), y en el café Gran Vía se ofrecían selectos conciertos de Santini, el «mago del acordeón» (HMZ_P0038_1928-05-20, página 7). En este mismo diario, La Voz de Aragón, se señalaba la celebración del centenario de la invención del instrumento en Austria (HMZ_P0038_1929-03-16, página 6)

         A tal punto llegaba la popularidad del acordeón, que el Diario de Avisos de Zaragoza proponía cambiar el calificativo de siglo del vapor para la centuria del XIX, por el de siglo del acordeón (HMZ_P0015_1907-01-22, página 5). Hasta de una sociedad acordeonista local se hacía mención el 31 de agosto de 1889 (HMZ_P0060_1889-08-31, página 4).

         Y en el pueblo de Atea, para la fiesta de San Ramón Nonato, el corresponsal de La Alianza Aragonesa se deleitaba, lanzando grandes elogios, con la maestría al instrumento de un joven labrador de la localidad, Antonio Marco y Pérez, que demostraba una «…verdadera notabilidad artística» (HMZ_P0049_1882-09-05, página 2). Este mismo acordeonista, junto a otro de Abanto, Blas Hernando, acompañó los bailes de la fiesta de los corporales de Daroca durante los días 25 y 26 de mayo de 1883 (HMZ_P0049_1883-05-30, página 2).

         Quizás la más impactante de las noticias que puedan leerse en la prensa zaragozana en relación con el acordeón es la que publicó el diario democrático La Derecha (HMZ_P0158_1893-04-04, página 3). En ella se da cuenta del suicidio de un joven estudiante de Teología, atormentado al parecer por su falta de vocación y un amor imposible, que, tras pasar la tarde bromeando y tocando el acordeón con unos amigos en casa, decidió ausentarse, encontrándolo su madre a la mañana siguiente en la buhardilla, ahorcado y con un puñado de cartas de amor dirigidas a él en sus bolsillos.



[i]Todas las noticias de prensa que aparecen en este artículo han sido extraídas de la colección de la Hemeroteca Municipal de Zaragoza (HMZ), y se encuentran disponibles en su Hemeroteca Digital (Hemeroteca Digital del Ayuntamiento de Zaragoza)

[ii] Trimmel era una empresa vienesa dedicada a la construcción de acordeones desde 1863, año en el que Johann Nepomuk Trimmel se estableció en Kaiserstraẞe, 74 de la capital austríaca. La tradición fue continuada por varias generaciones de descendientes, e instrumentos con su marca se encuentran repartidos por todo Aragón. Para más información, se puede consultar Teufel, Andreas, Die Schrammelharmonika Instrumentenkunde, Geschichte und Spielweise des chromatischen Wiener Knopfgriffakkordeons, Graz: Universität fur Musik und Darstellende Kunst Wien,2006

http://schrammelharmonika.nonfoodfactory.org/Andreas_Teufel/Andreas_Teufel_DA_2006.pdf

[iii]De Ireneo Echevarría se conserva en la Biblioteca Nacional (Mp 2805/12, http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000080238&page=1) un método de acordeón editado en Zaragoza (1878). En él afirma dedicarse a la enseñanza del acordeón desde 1872, así como a la reparación de estos instrumentos. También afirma haber publicado otros métodos anteriormente, de los cuales todavía no se ha recuperado ningún ejemplar.

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